En estas fechas y a 17.000 km es inevitable ponerse algo sentimental...
Este equipo me ha dado
mucho, y lo agradeceré a la manera de esta facultad: con un pomposo, solemne,
grandilocuente y suntuoso texto. Empezaré diciendo que yo no soy ni he sido
nunca jugador de rugby. Yo he sido jugador de rugby universitario,
en la UCM, aparentemente igual, pero fueron sus peculiaridades las que
finalmente me engancharon.