Los chavales del Ocean volvían a pisar Cantarranas después de la semana de asueto de la competición y con varias derrotas a sus espaldas, algunas muy duras, encaraban el último choque del año ante los de Bellas Artes, unos neófitos con un ímpetu envidiable, que en sus pocos años de existencia han sabido vender muy caro su celeste pellejo (20-7).
El partido de esta semana entre kosakos y artistas supuraba cierto dramatismo, pues la última plaza para seguir vivo en el Trofeo Rector estaba en juego. Los murmullos de los más pesimistas habían estado recorriendo los pasillos de la Facultad de Ciencias de la Información, recordando que una posible derrota significaría un bagaje incluso más pobre que el cosechado por el otrora capitán y ahora exiliado Charly. Sin embargo, aquellas infaustas voces fueron afortunadamente solapadas por los gritos de victoria del Querida Enriqueta, berreado esa tarde con cierto pesar por la marcha a Australia de Guille Yuste, nuestro Hadji Murat particular, un medio melé y amigo cuya templanza y saber estar recuerda a la irradiada por el ilustre cosaco de Tolstoi.
Cantarranas además presentaba sus mejores galas para la ocasión. El inefable terreno de juego de la Universitaria contaba con ese aspecto tan suyo, tan de lodazal pestilente que cuenta con la paradoja de atraer y repeler al mismo tiempo. Un yermo inmundo tan atractivo como María Teresa Campos, pero al que irremediablemente acudes a chapotear cual batracio. Un hediondo légamo donde tierra firme es un animal mitológico y las tembladeras el único resquicio al que agarrarse cuando irremediablemente el fango se traga a un tres cuartos cualquiera, como si de Frodo Bolsón en la Ciénaga de los Muertos se tratara. Por consiguiente, los kosakos estaban obligados a ganar.
Bellas Artes no lo puso nada fácil. El campo y la climatología tampoco. Las condiciones del mismo hicieron inevitable que los delanteros se hicieran con el dominio del juego. Los alas tuvieron que esperar de punta en blanco una ocasión que se resistía a llegar. La guerra ese día se ganaría en las batallas subterráneas del ruck. El equipo cuyo medio melé pastoreara con más atino a sus gordos se llevaría la contienda. Tanto fue así, que los puntos de Ciencias de la Información llegaron por ensayos de los delanteros.
Eso sí, los artistas golpearon primero. El saque inicial colocó muy pronto en tierras kosakas a Bellas Artes, quienes sí supieron leer desde el principio el partido. Sus delanteros fueron los primeros en hacerse notar en los primeros minutos. El acomplejado arranque del XV del Ocean costó los primeros puntos en contra y cierto runrún revoloteó la numerosa afición, una docena de fieles más o menos (0-7).
Entonces, en ese corto lapso de tiempo en el que un partido puede iniciar su declive para uno de los dos equipos, los de Ciencias de la Información decidieron que ellos no serían y se pusieron manos a la obra. Todos y cada uno de ellos sabía que el partido estaría en sus manos. El empate llegó pasado el ecuador de la primera mitad. Breijo ensayaba de forma escorada después de varias fases de delantera (5-7). Así se llegó al descanso, aunque Bellas Artes pudo empatar con una patada que no entró por poco.
Los kosakos consiguen así colarse en la última plaza que da acceso a jugar el play off de bronce, superando a Bellas Artes que antes del partido estaba por encima en la clasificación. El año acaba así con buen sabor de boca para Ciencias de la Información tras unas semanas difíciles. Nuevos y viejos kosakos nunca bajaron los brazos. Esta victoria va por ellos, por quienes mantuvieron la fe y bajaron a entrenar con más ganas incluso que el primer día.
Alineación: 1. Breijo, 2. Rafa, 3. Grúa; 4. De la Cuadra (18. Mr Forrison), 5. Saúl (17. Beloki); 6. Salva, 7. Bombero (19. Trumbo), 8. Juan Mier; 9. Guille Yuste (m.m) (c), 10. Telmo (ap.); 11. Jorge Morales (20. Damián Brasileño), 12. Guille Cisneros (21. Nacho 'Catacrack'), 13. Juan (22. Juanma), 14. Cardo; 15. Péru.
Resultado final: Ciencias de la Información Rugby 20 - Rugby Bellas Artes UCM 7
Anotadores: Breijo, 5 puntos; Juan Mier, 10 ptos; Trumbo, 5 ptos.
Fotografías: Adriana Pizcueta.
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