La particular feria agropecuaria del rugby llegó a Cantarranas y ahí estuvieron los de Veterinaria para marcar con su sello a los kosakos, convertidos en una maltratada yeguada para la ocasión. Frenatraca convertida en una vulgar res de ganado para más escarnio de nuestro orgullo, que en apenas una semana ha sufrido más golpes de lo imprevisto (0-50).
La castración de Frenatraca. Los gambiteros arrojaron nuestros chullos a la dura estepa y marcaron a fuego en nuestros lomos y rostros la fúnebre calavera bovina de su escudo. Una trompada enorme, pero condicionada tanto por la envergadura y categoría del rival, líderes indiscutibles de grupo, como por el reducido número de bravos y dispuestos kosakos que tuvieron que intentar domar a la furiosa y desbocada manada veterinaria, debido a las exigencias, justificadas aunque poco dadas en Cantarranas, del señor de rosa.
La inesperada pulcritud en la revisión de fichas, así como la torpeza de muchos de los nuestros, ser un indocumentado nunca pasó tanta factura, propició que otros tantos compañeros tuvieran que ver desde la jaula la masacre a la que eran sometidos sus iguales. A pesar de ello, los trece hombres del Ocean que presentaron batalla aguantaron el tipo, incluso pudieron haber pegado algún bocado a los siempre suculentos pastos de la zona de marca ajena. LA primera parte estuvo dominada por Veterinaria, pero no se hizo notar en exceso en el marcador. El 0-17 al descanso refleja también el buen trabajo defensivo de los kosakos frente a los líderes a pesar de contar con dos hombres menos sobre Cantarranas.
La segunda parte, sin embargo, sería paradójica y contradictoria con la mecánica vista en la anterior y con lo que se podría suponer que se vería sobre el campo, teniendo en cuenta que se acabó la moratoria arbitral con la entrada de nuevos jugadores, documento de identidad en mano, de Ciencias de la Información. El número no solo completo el quince titular, sino que dio para realizar varios cambios, pero no se notó sobre el otoñal terreno de Cantarranas. Los gambiteros no dieron tregua y siguieron acosando y maltratando la grupa de Frenatraca, cuyos jinetes eran parados en seco ante cualquier conato de rebelión. Los ensayos así fueron cayendo hasta redondear un marcador feo, de esos que acaban con la ingesta obligatoria de alcachofas en el tercer tiempo.
El empuje y la actitud a veces no es solo suficiente si no existe cierto control. Quizás, esa falta de disciplina fue lo que motivó que Ciencias de la Información, de manera premonitoria, adoptara desde su nacimiento al kosako como figura representaiva. Si bien los insubordinados pueblos de las estepas del sur de Ucrania fueron temidos y aplaudidos por su furia anárquica y su buen hacer en la guerra de guerrillas, los guerreros del Ocean llevan casi como una penitencia ese desorden involuntariamente heredado.
Alineación: 1. Breijo, 2. Jaime, 3. Bouzas; 4. Saúl, 5. Grúa; 6. Rodri, 7. Guille, 8. Juan Mier; 9. Yuste (m.m) (c), 10. Péru; 11. Jorge Morales, 12. Pierre, 13. Juan, 14. Juánchez; 15. Flo.
También jugaron: 16. Hagrid, 17. Antonio, 18. Rafa, 19. Michel, 20. Álvaro Afri, 21. Benzema y 22. Brasileño.
Resultado final: Ciencias de la Información 0 - Rugby Veterinaria 50
Fotografías: Holly Jones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario